jueves, 20 de diciembre de 2012

La polémica relación entre Arte y Política

El arte es un concepto que tiene muchas aristas. Se lo puede emparentar a análisis que hacen a lo estrictamente formal, o para ser más precisos a LA FORMA. Por otra parte, muchos intelectuales, artistas y teóricos parecen vincularlo de un modo muy poderoso con las cuestiones sociales. El arte tiene su función, su razón de ser en cuanto instrumento de crítica, incomodando siempre el ideal imperante en una sociedad en el terreno ya sea económico, institucional y obviamente: POLÍTICO.


Resulta interesante poder hacer un comentario que no será algo acabado, pero podrá permitirnos adentrarnos en esta cuestión que no es un hecho menor, es más, efectuando una suerte de revisionismo histórico sobre el fascismo así como los totalitarismos, más precisamente con el nazismo, podemos evidenciar el modo en que sus protagonistas hicieron uso del Arte como una manera de conseguir adeptos.
La estética relacionada con la polìtica es un tópico fundamental desde la Teoría Crítica. En consonancia un autor frankfurtiano crítico como Walter Benjamín destaca con vehemencia la manera en que por medio del arte se podía movilizar a las masas y como también se utilizaban las tecnologías de la muerte. Benjamín estaba aludiendo obviamente al fascismo alemán  de tal manera que: esos principios no eran otra cosas más que el “el arte por el arte a la guerra misma”. Más adelante, Benjamín aplica el análisis del arte y estética al campo de la política, yendo un poco más lejos que en su colección de ensayos Guerra y Guerrero donde el interés estaba puesto en la guerra.  La principal sentencia de Benjamín es considerar que el fascismo fue altamente práctico para llevar a cabo de una manera contundente la estetización de la política.


 Desde entonces la lectura  llevada a cabo por los más diversos teóricos de corte intelectual y no necesariamente marxista, ha intentado comprender como es que el fascismo resultó tan preciso como poderoso a la hora de fascinar a las grandes masas que involucró en aquellos fatídicos años. Cuestión que, como se verá más adelante supondrá una mirada negativa en cuanto a la relación entre estética y política.
 Durante el nazismo se aprecia la combinación de una manera casi nietzcheana entre la forma artística y la voluntad política. Un ejemplo claro es el filme de Leni Riefensthal "El triunfo de la voluntad". En el mismo se genera una especie de confusión entre realidad e ilusión.
La estetización de la política es notoriamente problemática. Por ende, entra en juego la cuestión ideológica sobre la tradición de l´art pour l´art en la que se distingue entre lo que se considera arte propiamente dicho de otros productos humanos de sesgo moral, religioso, y hasta económico. Este dominio (arte) vinculado en gran frecuencia a contenidos identificados como bellos – aunque no necesariamente – importa menos que el interés que existe al pretenderse autorreferencial y con una autonomía en sentido amplio. Lo que supone dejar de lado las implicaciones éticas  religiosas y de cualquier otro tipo respecto al arte.
En otras palabras, a nivel político, no importarían las consideraciones religiosas, éticas y económicas  sólo “el valor del merito estético” como señala el autor Martin Jay.  Se puede ejemplificar este vinculo entre política y arte, en esa ocasión en la cual el yerno del líder fascista Benito Mussolini, Galeazzo Ciano desempeñándose como ministro de relaciones exteriores, con respecto al bombardeo en 1936 de unos fugitivos de origen etíope llega a comparar el suceso con pimpollos en el momento de la floración. Observando, aunque suene dantesco, la situación como un espectáculo estético.
El pesimismo de Benjamín, citado por Jay, no parecía inoportuno cuando sobre esta fría elevación del arte sobre la vida humana aseveraba que “la autoalienación de la humanidad ha alcanzado un grado tal que (el hombre) puede experimentar su propia destrucción como un placer estético de primer orden”.
Concluyendo con este primer esbozo sobre la conexión que existe entre arte, estética y política me parece interesante así como incómodo finalizar con el videoclip del grupo de Rock de metal industrial alemán Rammstein interpretando "STRIPPED". Los que, polémicos como siempre, utilizaron imágenes de la cineasta Leni Riefensthal para el videoclip.