lunes, 12 de febrero de 2018

Era prohibido por Elìas Nievas

Cómo  describirte las cosas que sentía en aquellos momentos, aquellos días llenos de dolor, dudas, excitación, culpa y placer.
Desde el momento en el que optè por ese camino supe que daba lugar a un viaje sin retorno.
En cierto punto no quería regresar. Siempre en la relativa seguridad de que hacia lo que tenìa que hacer.
Cómo hacerte entender la trascendencia de mis sentires. La ambigüedad de la que bebían mis sentidos y mi alma.  Sabía que el  sendero elegido era tal vez inmoral o poco sincero. O ambos.
Sin embargo, que bien se sentía. Era prohibido. Si. Igual, el placer y la incomodidad eran las leyes que dominaban mi existencia por aquél entonces.
Sabría que habría un antes y un después. Que nunca volvería a ser la misma persona. De todos modos, a pesar de haber hecho uso de mil y una justificaciones, sabia en lo màs profundo y poco iluminado de mi ser que lo que elegía era lo que deseaba. Era prohibido. En ciertas circunstancias donde sentimos corrompernos o tomar caminos moralmente cuestionables por muchos es cuando con el poder destructivo de un rayo sentimos vivir. Nos sentimos realmente vivos en esos momentos. Hondo, bien hondo, en nuestro interior habita la certeza de que hacemos lo que queremos hacer. Amén de que luego - engañándonos - asistamos atónitos a las consecuencias de nuestras decisiones. Lo sabíamos y lo gozábamos. Cómo echarte luz sobre el fuego que sentía en mi pecho. En mi vientre.Sobre todo en mi vientre. Jamás volví a vivir ni sentir nada igual. Todo tiene mucho sentido.
Era prohibido...



No hay comentarios:

Publicar un comentario