domingo, 27 de mayo de 2012

La Copa del Rey de España a Catalunya

Exponentes de un fútbol que gusta y atrae

Parece una risueña ironía del fútbol que dos comunidades como la catalana y la vasca, de perseverancia en el pedido por  su reconocimiento y autonomía por parte del Estado Español, fueran quienes disputaran la final de la Copa del Rey. Casualmente, de un Rey del Estado a quien se exigen esas cuestiones políticas no menores. Dicho esto, pasemos a lo futbolístico, puesto que no creo que este sea el lugar para desandar en correlatos políticos y de España precisamente, no me siento con la competencia ni la autoridad para poder hacerlo. En tanto, en el estadio del Atlético de Madrid, se enfrentaron este viernes 25 de mayo, fecha de la Revolución de mayo en nuestro país - primer gobierno patrio argentino buscando la independencia - de España justamente, muchos elementos me llevan a lo político nuevamente, pero hablemos de fútbol jaja. Como bien decía, en Madrid se encontraban el conjunto de Marcelo Bielsa, el Athletic de Bilbao por un lado, y el Barcelona Fútbol Club de Josep Guardiola, por el otro.  Se daba un encuentro de estilos, de maneras, de corrientes futboleras, de modos de concebir este bello juego. Unas ideas no necesariamente incompatibles, sino con elementos de bastante similitud.
Una presión constante, y en la medida de lo posible, el control del partido por medio del manejo de la pelota, nos prometían a priori, un espectáculo asegurado, más allá de los devenires que pudiera tomar el partido. Y así fue, desde un principio el Barca comenzó con un nivel de concentración y precisión en velocidad tan vertiginosos que en poquito tiempo pudo ponerse arriba a través de un buen remate de Pedro Rodriguez que supo capitalizar el error de la defensa vasca que no tuvo pericia para despejar el ataque catalán previo. Luego, en una nueva jugada de paciencia, tranquilidad y toques, Messi estiraría a 2 la ventaja del Barca. Parecía que iba a ser muy difícil para el equipo de Don Marcelo Bielsa dar vuelta la historia. Antes de que Bilbao pudiese descontar, nuevamente Pedro sentenciaría en menos de media hora de partido el 3 a 0 final. Los dirigidos por Guardiola que dirigía su último partido, parecían poder darle a este fin de temporada el regalo (en un torneo menor) de despedida a su entrenador. Por otra parte, el Bilbao nuevamente no pudo hacer su juego frente a equipos superiores en calidad técnica, de manera análoga a lo que sucediera tiempo atrás en Rumania en la final ante el Aleti de Madrid de Simeone. Una nueva final perdida por Bielsa, lo que no empaña para nada a mi considerar el gran trabajo que llevó a cabo desde que tomó las riendas del equipo bilbaíno; pudiendo imprimirle su sello característico, y dando muestras de la evolución en la manera de jugar de sus equipos, donde a la gran dinámica reconocida se pudo apreciar también una considerable paciencia para poder elaborar jugadas de ataque y salir desde el fondo con pelota dominada. La sola idea de intentar este argumento en un equipo que no puede hacer uso de jugadores extranjeros y por momentos conseguirlo, no es para nada desdeñable.
El segundo tiempo nos permitió encontrar con un Barcelona haciendo lujo del juego que le ha llevado a ser mundialmente reconocido, y un Bilbao que quiso pero no pudo. Finalmente, la Copa del Rey que tenía al Real Madrid como último ganador volvería a Catalunya.
Ganó el Barcelona, se fue Pep, perdió Bielsa y su Bilbao. Pero no debemos tener temor a equivocarnos en señalar que quien ha ganado ha sido el fútbol.

No hay comentarios:

Publicar un comentario